13 de julio de 2014

Kataifi


Siempre tengo a mano, por lo menos un libro. No siempre es el último que he comprado, me gusta ir recordando el contenido de cualquiera de ellos que ya lleva años en alguna estantería.

Muchos de mis libros están llenos de trocitos de papeles marcando todas aquellas páginas donde hay algo que me interesa especialmente. Y esto, no ocurría con esta receta.

Estaba buscando otra, que encontré, pero aproveché para revisar todas las páginas de ese libro, hoja a hoja y allí, en la página 228 estaba el Kataifi. ¿Cómo era posible que no lo hubiera visto antes? ¿Cómo podía haberme saltado semejante delicia?

Al día siguiente me puse a buscar la masa kataifi, y la encontré, la compré, y esa misma tarde ya estaba preparando mi primer kataifi, que desde luego no será el último.

Ingredientes:

- 500g de masa kataifi
- 200g de mantequilla ablandada o clarificada

Para el almíbar:

- 600g de azúcar blanquilla
- 100g de glucosa líquida
- 1 ramita de canela troceada
- 1 limón

Para el relleno:

- 125g de nueces ligeramente picadas
- 125g de pistachos ligeramente picados
- 1 c/p de canela molida
- 50g de galletas azucaradas
- Una pizca generosa de clavos molidos

Lo primero, preparar el almíbar con 400 ml de agua en una cazuela. Añado el azúcar, la glucosa líquida, la canela y el zumo del limón. Hay que disolver el azúcar a fuego medio, en ese momento se lleva a ebullición para que hierva 10 minutos. Se deja que enfríe un poco, se cuela y se reserva.


Con la mantequilla pincelo un molde de 22cm de diámetro y de 4cm de alto, aproximadamente, ya que el mío tiene 5cm.

Para el relleno se mezclan todos los ingredientes y se añade unos 50ml del almíbar, se mezcla bien. Tiene que quedar compacto.

Sobre la encimera, que estará limpia como para poder comer sobre ella, se separan los hilos de kataifi. Algunos están muy pegados, pero deben quedar sueltos.


Con estas cantidades salen, o deben salir 15 kataifi.

Yo corté tiras de kataifi de unos 10cm, el libro pone que las tiras deben formar una T invertida. El palo horizontal de 8cm y el vertical de 10cm, francamente, creo que mis T tenían los dos palos del mismo tamaño.

A lo que interesa. Sobre el palo horizontal se pone el relleno. Primero, se aprieta un poco con las manos para que quede bien pegado, se pone en el centro de la masa y se enrolla. Lo colocas sobre la vertical y lo vuelves a enrollar de forma que la masa kataifi envuelva el relleno. Lo pones sobre el molde.

Tienen que quedar bien encajados, pero holgados, que ninguno apriete al de al lado haciendo que se tuerza o lo empuje hacia arriba.


Después, pincelarlos bien con el resto de la mantequilla y con la parte trasera de un cuchillo. Marcar cada kataifi, que se noten perfectamente dónde empieza y acaba cada uno de ellos. Y luego, dejarlos reposar durante una hora. Mientras, precaliento el horno a 180º.

Horneo los kataifi durante 30-35 minutos, hasta que estén doraditos.

Mientras, pongo el almíbar a calentar hasta los 60º y con tres cuartas partes, nada más sacar el molde del horno, rocío los kataifi. Espero otros 30 minutos y termino de rociar con el resto del almíbar.

Ahora los tapo con un paño de cocina y los dejo reposar durante 4 o 5 horas dentro del mismo molde. Éstos pasaron la noche a cubierto.


Se sirven acompañados con café.

Diré de ellos exactamente lo que pone el libro: Suculentos y con un exquisito sabor a especias y frutos secos. Estos pastelitos griegos son una verdadera delicia.

Y lo son, realmente espectaculares. Se conservan durante 3 o 4 días en un recipiente hermético.

Como siempre, espero que os gusten y que os animéis a probarlos, os sorprenderán.

4 comentarios:

  1. Es una receta muy interesante para no dejar de probar...

    Saludos

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  2. Que rico, Margarita con lo golosa que soy yo y lo que me gustan estos dulces, la próxima vez me guardas uno, jejeje, besotes
    Sofía

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  3. ¿No te resultó complicado el desenmarañarlo?.
    Yo le descubrí la última Semana Santa "vermuteando" en "Casa Juanico" (Barrio del Tubo zaragozano) y como me gustó mucho me animé a comprarlo... ¡Menudo desastre!. Se me rompía por todos los lados y las tiras no me quedaban de más de 5 o 6 cm. ¿Tiene algún misterio el desenrollarlo?.
    Desde luego las tapas que preparé quedaron de escándalo pero nada fotogénicas, las pobres así que ni me molesté en "inmortalizarlas".

    Besicos.

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    Respuestas
    1. A mi, como a ti, también me costó mucho hacerme con un trozo generoso, pero el libro de donde saque la receta decía que había que hacerlo despacio y con paciencia para no romper los largos hilos de masa, y eso hice, paciencia, poco a poco y utilizando pocos hilos cada vez.
      No se si será de ayuda este rollo que te he contado, pero ese es todo el misterio de esta rica masa-pasta.
      Besitos mil

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